RELATO 3 "POLAR EXPRESS" ERIK ARRANZ.

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POLAR EXPRESS

Había una vez un niño de diez años llamado Valentino al que le gustaba la Navidad más que a nadie .Y no era por los regalos, sino por la felicidad, juntarse con la familia y el turrón de chocolate  con Lacasitos y la cena de Nochebuena. Aunque un año se murió su abuelo por un accidente de coche el diez de diciembre. Valentino se quedó llorando toda la Navidad hasta que en Nochebuena a las nueve de la noche se fue a dormir.
Se despertó en la estación de Sídney (su ciudad natal) frente a un tren de doscientos cincuenta metros llamado Polar Express. En sus manos tenía un billete para montar en ese tren, para viajar al Polo Norte, conocer a Papá Noel y pedirle disculpas por su mal comportamiento en casa.
Y así fue, montó en ese tren y este arrancó los motores para llegar a su destino: El Polo Norte. Una vez dentro, hizo muchísimos amigos y amigas. Conoció a una niña de nueve años llamada Jessica que venía de Kenia (África) con la que tenía una relación especial y no me refiero a que eran novios, sino algo que no se puede explicar con palabras porque cada vez se miraban tenían una conexión bastante especial.
También conoció a chicos de distintas ciudades del mundo: San Petersburgo (Rusia), Jerson (Ucrania), Hokaido (Japón), Chicago (EE.UU), Tánger (Marruecos) y muchos lugares más. En Eslovaquia conoció a un chico muy despistado qué perdió el tren y tuvo que correr para alcanzarlo. Por suerte Valentino se dio cuenta y tiró de la palanca de freno para que pudiera subir. Él era muy, muy tímido y no hablaba con nadie, hasta se sentó en el vagón de al lado.
 Con la mala suerte de que al azafato se le olvidó picar el billete de Jessica así que, fue a llevárselo al azafato pero sin querer, el viento se lo llevó. Uno de los amigos de Valentino llamado Kevin que venía de Rio de Janeiro (Brasil), le contó que cuando alguien no entrega el billete le lanzan fuera del tren. Entonces este se la encontró en donde nadie se lo imaginaba ¡La cabina de controles¡ Jessica le enseñó los controles del tren y le dijo que el maquinista estaba fuera arreglando el silbato que se estropeó cuando pasaron por Groenlandia.
Ya habían llegado al Polo Norte, pero por desgracia, al llegar, Valentino, Jessica, y ese niño tan tímido llamado Nick tuvieron un pequeño incidente. Se desengancharon del tren y salieron rodando con el vagón trasero. Pero, por suerte, pudieron saltar, e ir corriendo a la plaza para ver a Papa Noel antes que nadie. Valentino fue el primero y le pidió perdón por su mal comportamiento. Este le dijo: - ¡Tranquilo no pasa nada pero disfruta de los tuyos mientras los tengas porque algún día los perderás!. Y en ese mismo momento se despertó. Fue corriendo a ver los regalos, y se encontró uno sorprendente: un  álbum de fotos de su abuela, lo abrazó y esta vez no lloraba de tristeza sino de alegría porque descubrió que en el futuro podían haber cosas buenas, y la mayoría de veces son cosas malas o muy malas pero no hay que dejar que te afecten porque tienes que seguir adelante y dejar de pensar en el pasado.
Vive muchos años, vive intensamente, vívelo todo y disfruta cada momento porque no sabes lo que puede llegar a pasar.

Erik Arranz, 6ºA        
CEIP BREOGÁN


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